Como reza el título de la entrada así comienza:
Creación en verso.
Para realizar esta actividad he mezclado tres elementos, el sonido del viento con
las notas musicales y las estaciones del año. A la vez me pareció divertido
utilizar lipogramas, en todo el texto la vocal “u” está ausente.
Siete
vidas tiene el viento
Dominante intenta ser
la invernal
aparición
Respetable también es
el soplido estival
¡MI esperanza!, ya dirá
el
polen primaveral
Facilísimo es de ver
en otoño
a él cantar
SOLamente restan dos
de las vidas a contar
Las del viento, ellas son
melodías a entonar
SI silencias, lo oirás
lo verás, sí, sí, lo
verás….
Creación en prosa
Estaría escrito como posible modelo para alumnos de 5º, 6º de primaria para realizar textos que hablen de los abuelos y las relaciones familiares o los sentimientos que los niños experimentan con la pérdida de los más mayores. La idea la he sacado de la vida de mi padre Ángel y de la de mi hija Ainara que no ha conocido a su abuelo. Puede que algún día, cuando crezca, vayamos al mar...
BESOS EN EL MAR
El abuelo Ángel estuvo en un
barco gran parte de su vida, siempre hablaba de mar, él era mar. Ainara nunca
le conoció, zarpó antes de que ella naciera pero a menudo escuchaba sus
historias, historias de países lejanos y situaciones maravillosas; cuando
naufragó en la Antártida, los mosquitos en Vietnam, el calor de Ciudad del
Cabo, o las lluvias en la “ruta gris” por el Canal de la Mancha camino de
Róterdam.
En parte ella creció junto a
él, con su recuerdo y su presencia, cada vez que lo pedía su padre y la abuela
contaban todas las aventuras del abuelo, creció en Madrid y aun así en su esencia
ancestral tenía mar.
Había noches después de cenar
que se metía en la cama y la gustaba jugar a imaginar cómo era su abuelo, su
voz, sus manos, aunque tenía muchas fotos y todos sus relatos siempre tenía la
sensación de que algo faltaba. Quería hablarle, hacerle muchas preguntas, darle
la mano y escuchar su voz, y de todo lo inalcanzable lo que más ansiaba era
darle un beso.
El año que Ainara cumplía 10
años hizo a sus padres una proposición:
-“Mamá, papá, ya sé que quiero
que me regaléis este año. Sólo quiero un regalo, uno muy especial, ¡quiero
darle un beso al abuelo!”
En ese momento sus padres se
miraron y aun siendo un regalo inusual dijeron:
-“Sin duda es un regalo muy
original, está bien hija, pero tendrás que esperar al verano”.
-“En verano podrás dar un beso
muy especial al abuelo Ángel”, “y ya verás, ese único beso se convertirá en
cientos”.
Se puso muy contenta ya que por fin vería uno
de sus sueños hecho realidad. Transcurrieron los meses y por fin llegó, el frío
de Madrid se convirtió en calor.
Aquel verano las vacaciones fueron
en el mar. Un sábado antes de acostarse el papá y la mamá de Ainara la dijeron
que al día siguiente iban a hacer una excursión muy especial a un sitio donde
jamás había estado y no mucha gente podía encontrar, había llegado el momento
de ir a por el regalo que pidió en su cumpleaños, después de tantas historias
escuchadas y tantas noches preguntando a su abuela y a sus padres cómo era su
abuelo Ángel por fin podría darle un
beso.
La suave melodía que dejan las
olas de la pleamar cuando se posan sobre las rocas había estado resonando toda
la noche en los oídos de Ainara, ella lo sabía, había sido una noche especial,
estaba convencida que ese espumoso sonido no era otro que el de su abuelo susurrándola
al oído. Aquella noche mientras dormía hizo el viaje más sorprendente y largo
de todos los que había soñado. Volvió a ver las focas en el hielo de Gritvyken,
en Uruguay pudo ver la plata, la del río, recogió nieve en Odesa, en Noruega
comió salmón, habló inglés en Nueva York, tocó la trompeta en Nueva Orleans, se
agotó corriendo por la playa de Da Nang mientras los mosquitos la perseguían, y
hasta tomó un té en Okinawa.
Por fin amaneció y después de
desayunar se marcharon todos de excursión, tenían que ir al puerto, el cálido
sol matinal hizo que el paseo fuera aún más agradable, una vez allí se
adentraron y llegaron a un garaje del muelle en el que un gran rótulo negro
sobre un fondo rojo y blanco en forma de cartel decía “Centro de Buceo”. ¡Ainara
iba a realizar su primera inmersión!.
Recogieron
todo el equipo y se montaron en la barca, pusieron rumbo a la bahía, mientras
la proa iba abriendo el mar las gotas que saltaban sobre el borde de la misma
junto con el reflejo del sol brillaban con intensidad sobre la mano de Ainara.
Lentamente fue parando la embarcación hasta que el timonel soltó el ancla que
se zambulló apresuradamente buscando el fondo.
Una vez dentro del agua todo se
volvió mágico, el envolvente sonido que produce el silencio de la profundidad
junto a la pausada respiración creaban un idioma singular, el idioma del mar,
el idioma del abuelo. En ese momento, muy despacito Ainara se encontró sujeta de
las manos por sus padres y siguiendo las indicaciones que le habían dicho en la
barca antes de adentrarse en el mar se fue girando muy despacio hasta situarse
boca arriba, flotando e hipnotizada por el mágico juego de luces y sombras que
crean los rayos del sol al penetrar la superficie del agua en movimiento
respiró hondo y soltó por el respirador una gran bocanada de aire. Y allí
estaban, aquellos eran sus besos, esos que aquel día le dijeron que se
convertirían en muchos, cientos de burbujas subían
despacio, eran pequeñas y no paraban de moverse, se iban juntando y creciendo, crecían
como lo había hecho el amor que había sentido desde que era pequeña hacia su
abuelo y el mar, mientras seguían su camino se iban haciendo más grandes
formando espectaculares bolsas de aire, finalmente desaparecían en la
superficie para seguir su destino, llegar al cielo a encontrarse con Ángel, besos
de Ainara con sabor a mar…
Aquel verano sin duda fue inolvidable, se
cumplió su deseo, aquel verano fue de besos, de besos en el mar.
Creación dramática
Para que puedan actuar cuantos
más alumnos más me he inventado un pequeño sketch que sucede en un autobús. Es
cuestión de ir añadiendo personajes y asientos en función del número de alumnos
que haya.
¡Yo
me bajo en la siguiente!
Se abre el telón y aparecen la
silla del profesor y detrás 2 filas de dos sillas, un espacio con 3 personas de
pie y otras 2 filas de dos sillas. Simulando la parte delantera, centro y parte
trasera de un autobús de la EMT.
La obra se representa de detrás
adelante y se debe apreciar el tremendo barullo que hay en el autobús.
Los
macarras del fondo:
1-A ver si llegamos a casa
pronto tronco, ya
2- Ya ves, estoy harrrrrto del
viajecito
El
de la música a todo meter y el señor:
1-Moviendo la cabeza
2-¡Baja la música un poco
chaval!
1-¿Quéééé?
2-¡Qué bajes un poco la música!
1-¿Quéééé?
El
niño llorando y la madre:
1-Mamááááá, que quiero la
merienda
2-Espera lleguemos que no se
puede comer en el autobús.
1-Buaaaaaaaaaaa (Llorando)
Los
tres jugando a los chinos y el revisor:
1-Billetes por favor
2-Tres
1-Billetes por favor
3-Seis
1-Billeeeeetes por favor
4-Cinco
Los
del futbol:
1-El Atleti campeón de liga
Pepe, te lo digo yo.
2-Qué nooooo, que el Barsa este
año está que se saleeee.
Las
chicas hablando:
1-Este viernes toca lengua y no
he hecho los deberes
2-Bufff, ya ves, el profe es un
petardo…
El
conductor:
1-¿Pues sabes lo que te digo?,
que no aguanto más, me bajo en la siguiente.
Creación literaria